El pasado viernes 26 de Junio tuvimos la oportunidad de ver en directo a una formación de la cual habíamos oído hablar en muy buenos términos. Fue nuestro gran amigo Javier “Metalkas” Falcón el primero que nos los recomendó y la verdad, como siempre, fue un acierto. La cita tenía lugar en la Sala Taboo a eso de las 9:30 de la noche y allí acudimos con la gran expectativa de ver en vivo a un cuarteto que en su disco de debut “Crossing The Rubicon” ya demostraban unas excelentes maneras, y la verdad es que a pesar de no ser unos declarados amantes del rock electrónico en ningún momento nos sentimos defraudados. Si con el album habíamos descubierto a una formación centrada en hacer canciones por encima de todo, con estructuras sumamente dinámicas y una gran producción a la altura del las grandes bandas del género a nivel internacional en directo nos han demostrado que su capacidad musical no se limita sólo a eso, sino que pueden ser capaces de competir sin ningún problema con grandes formaciones de ámbito internacional, y sino al tiempo.
Como decíamos el evento iba a comenzar a eso de las 9:30, pero se retrasó un poco y comenzó, como suele ser habitual, con cierto retraso. Durante la más de hora y media que duró la actuación, el cuarteto desglosó todos los temas que forman su disco de debut, con una intensidad que todos los presentes agradecimos enormemente. Su derroche de energía y su fantástica actitud deleitaron, tanto a los que les conocen de tiempo como a los que les descubríamos por primera vez. Además dos versiones, por un lado uno de los temas que forman parte del último disco de Madonna, que ya quisiera ella interpretarlo así en su vida, y por otro con solo el vocalista de la formación en escena y acompañado de teclados el clásico de Nirvana “Smell Like A Spirit”.
Una gran noche donde los teclados desbordaron con intensidad, acompañados de numerosos samplers y poderosos riffs de guitarra, mientras los sonidos envolventes de la batería electrónica y la sugerente y contundente voz de Greco nos sumergían en sonidos y atmósferas que danzaban entre el trance y el trash-metal, pero siempre con ese fondo final: rock industrial contundente. Sonará a tópico, pero no es mentira si tienes oportunidad de verlos no te los pierdas, de verdad, podrán gustarte o no, pero no saldrás indiferente.
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