¿Dónde está
el límite del talento, de la creatividad, del arrojo ante el desafío? Donde
quiera que esté, está claro que Kike G. Caamaño está dispuesto a explorar,
musicalmente, el espacio que lleva a transgredirlo y a traspasarlo; buen
ejemplo de ello es su nuevo trabajo “Emotional Intelligence”.
Decía Beethoven que quería aprender todas la
reglas (musicales) para así saber cómo romperlas, o sea superarlas en aras de
la creatividad y la búsqueda de nuevas formas expresivas y, salvando las
distancias con el genio de Bonn, Kike G. Caamaño parece que está empeñado no
sólo en romper y superar las reglas, sino en crear otras nuevas para el rock
del siglo XXI; así parece cuando escuchas este nuevo disco, en que de nuevo ha
vuelto a subir un peldaño más en su genialidad musical, ofreciendo al oyente un
emocional desafío a su inteligencia, y con un intelectivo reto a sus emociones,
parafraseando el título del trabajo: “Emotional Intelligence”.
Lo primero que sientes al comenzar la
escucha del disco es que te asaltan un montón de sensaciones e ideas, que no
sabes cómo expresar ante el despliegue sonoro que sacude tu inteligencia,
desafiándola a seguir las evoluciones instrumentales y el lenguaje musical al
que ésta se enfrenta. En lo emocional o sensitivo, percibes que asistes a un
viaje sonoro frenético, trepidante, vibrante, que tema tras tema te lleva por
una especie de montaña rusa de sensaciones sonoras y que no sabes dónde va a
acabar, pero que de ningún modo quieres que finalice.
Hay que decir que nos muestra un lenguaje
musical nuevo; innovador, arriesgado, aventurero, rupturista, iconoclasta, que
hace que pienses en genios igual de transgresores creativamente como Devin
Townsend, con las lógicas y claras diferencias de estilo, de modos y lenguaje
musical y sonoro, pero que comparte el mismo arrojo y afán de desafío y
experimentación.
También se pueden apreciar o percibir leves
reminiscencias sonoras a Rush en el modo de tratar los cambios de ritmo y
temperamentos musicales, y el acople entre la sincronía y el contraste de la
instrumentación; y también en la sobria acidez de la guitarra.
Aquí de nuevo cuenta con la magnífica
aportación vocal del cantante danés Jacob Poulsen, capaz con su voz de
transmitir el enérgico y vibrante mensaje musical de Kike, que, por su parte,
se encarga de todos los instrumentos, tocando la batería, el bajo, unos
teclados sobrios y puntuales, que brillan sobre todo por el acierto de estar
colocados en el momento musical preciso, mas que adornando, subrayando la idea
sonora; y que decir de las guitarras, tratadas con una técnica endiablada pero
sin excesos virtuosísticos ni exhibiciones instrumentales que distraigan del
mensaje sobrio, directo y palpitante del contenido musical de un disco con el
que de nuevo Kike G. Caamaño ha vuelto a poner el proyecto Asha en un alto
nivel sonoro y musical.
BREVE SINTESIS INTELECTIVA Y
EMOCIONAL DEL REPERTORIO DEL DISCO
1.-DOGWALKER: Combina elementos del hard
rock clásico con formas rupturistas e innovadoras, como muestra, a modo de
presentación del espíritu sonoro del disco.
2.-THE LAST LETTER: Ritmo urgente y
levemente sincopado en algunas partes, mientras los riffs de la guitarra
dibujan una especie de “boogie” deconstruido y futurista.
3.-SHE DID SOMETHING NEW: Rock
rítmico-melódico de línea clásica, menos rupturista que el resto de temas, pero
no por ello menos interesante, vibrante y contundente.
4.-A MAN WITHOUT LAND: Re-escritura
de las formas heavy metal clásicas en modo visionario con un leve guiño al rock
instrumental, tipo Steve Vai o Joe Satriani.
5.-IF MEMORY SERVES: Tras un inicio casi
atmosférico, irrumpe un ritmo trepidante y en partes levemente sincopado,
sincopa que es resuelta sutilmente.
6.-TALE OF THE TALES: Breve instrumental
que evoca modos plácidos, acústicos y algo cercanos al espíritu folk con
ligeras reminiscencias new age (si porque no).
7.-FROM THE ASHES OF THE ANGELS
DEATH: El tema más largo del disco (más de 11 minutos) donde se conjugan ritmos
frenéticos con elementos sonoros en clave progresiva.
8.-BRAND NEW DAY: Arranca con riffs
clásicos y enseguida deviene en la forma palpitante de todo el disco. Aquí si
se acerca levemente a Devin Townsend.
9.-EMOTIONAL INTELLIGENCE: El tema que da
título al disco es una breve y urgente exposición del lenguaje rítmico y sonoro
que recorre el trabajo.
10.-WE WILL BE THERE: Inicio de leves aires
de oscura y sombría psicodelia que derivan hacia una rítmica ácida y corrosiva
de veloces punteos y riffs guitarrísticos.
11.-CRY IN SILENCE: Otra muestra de técnica y
arrojo rítmico, instrumental y sonoro. De nuevo aparece el espíritu y temperamento
musical de Devin Townsend.
12.-TILL I DIE: Levemente distinta el resto
del repertorio, mesura y contención rítmica y hechuras clásicas; pese a estar
dedicada a la memoria de su padre fallecido, es luminosa y serena en contraste
con la rabia y oscuridad del resto del disco.
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