Con el surf en el frontispicio de sus raíces, regresan Los
Coronas con Señales de humo, su álbum más ambicioso y arriesgado, en el que lo
mismo juegan con la música disco que se sumergen en los ritmos africanos. Toda
una exhibición de estilos tratados a través del insolente modelo instrumental
que caracteriza al grupo madrileño.
Señales de humo llega el 29 de septiembre con sabores
variados para un estilo inconfundible. Grabado en el desierto de Tucson
(WaveLab Recording Studio) pero con la mirada puesta en la serranía andaluza,
en el sonido caño roto, en el twang, en Duke Ellington y, por supuesto, en el
surf instrumental. Y con la producción una vez más de Craig Schumacher,
veterano colaborador del combo que fundaron en 1991 los guitarristas Fernando
Pardo y David Krahe. No cabe sino prepararse para más dramas en el Oeste, pinchos
morunos, olas épicas y más, mucho más.
Hay doble sentido en esas Señales de humo de las que habla
el título del álbum. Por una parte, una referencia analógica a ese lenguaje no
verbal de las canciones de Los Coronas, pero por otra, también a la necesidad
de “vender humo” –en el buen sentido de la expresión– para llegar al público
con instrumentales, una suerte en desuso en España desde hace varias décadas.
“Desde los años sesenta no queda nada de eso en nuestro país, lo que nos obliga
a ser capaces de vender con trucos de magia nuestra propuesta instrumental a
los medios de comunicación" reflexiona Krahe.
Es también, en s! u versión vinilo, el primer disco doble de
Los Coronas en 12 años. Diecisiete temas instrumentales: todo un desafío para
la industria musical. Qué mejor forma de cerrar un círculo, el que se abrió con
su anterior doble, el primero con la actual formación de la banda, lo que
sembrará en sus seguidores la duda de la despedida. ¿Se van? Quién sabe, quizás
solo traten de dar dos tazas a los partidarios de lo tradicional.
“Estamos sin duda ante un resumen de todas las trayectorias
trazadas desde que comenzamos”, analiza David Krahe. Desde que él y Fernando
Pardo corrían con el peso de todas las composiciones hasta la actualidad, en la
que esta tarea recae sobre la totalidad de los integrantes del grupo, el
abanico de estilos se ha ido abriendo, aunque siempre con el RnR en su acepción
más genérica sirviendo de sustrato musical. Ahora Roberto Lozano, Javier Vacas
y Yevhen Riechkalov también son una parte fundamental en la labor de creación
aportando sus propias composiciones y arreglos al álbum, y eso obligatoriamente
se nota. “La paleta de colores se ha ido ampliando y repitiendo, y en este es
más amplia que en cualquier otro disco”, avisa. De ahí que surjan sonidos más
personales, más actuales, en los que cobra un peso considerable la aflamencada
rumba española.
De eso van temas como A tope de amor y lujo o esa gamberrada llamada Mulas huyendo de una
hostia consagrada, título prestado de la mofa de unos jóvenes Dalí, Lorca y
Buñuel al consagrado Juan Ramón Jiménez. Surrealismo doble: surrealista y del
sur, como las guitarras del propio tema. Pero ojo que en La fiebre coquetean
con la música disco, pincelada que ya habían experimentado en Adiós Sancho, su
álbum de 2013.
A veces se ponen balcánicos, como en plan Emi! r Kústurica
(7+6), o revisitan el rock y el rithm and blues de los sesenta (Mr Reed, Lady
Rolla) o lo mismo le dan a sus canciones un aire mexicano que entronca con el
Spaghetti Western de Ennio Morricone, si no con su versión más
generacionalmente próxima de los cómics del Teniente Blueberry.
Puestos a sorprender y variar, Pincho moruno y Essaouira son
dos títulos que no engañan: llevan África en sus venas, lo que da una idea de
la mezcla que preside estas Señales de humo. Aunque ningún tema refleja mejor
ese mestizaje que otro que tampoco miente: Tres culturas, como la famosa plaza
de Ciudad de México, que en este caso reúne al flamenco hispano de su estrofa
con el puro mariachi de su estribillo y el formato vals que los conecta.
En el capítulo de colaboraciones, Los Coronas han recultado
a un buen puñado de buenos amigos. Es el caso de Sergio Mendoza (Calexico/SM y
La Orkesta), Jairo Zavala (Calexico/Depedro), Miguel Campello (El Bicho), Chris
Masterson (Mastersons/Steve Earle/Son Volt) y Eleanor Whitmore
(Mastersons/Steve Earle). Todo ello para completar el disco con más matices y
variado de los que dibujan la trayectoria del que es uno de los principales
grupos de culto de la escena rock nacional.
Con un nombre tomado de Corona, la localidad californiana
donde Fender fabricó sus famosas guitarras hasta 1991, Los Coronas han
publicados discos como el EP Tormenta (1992) y los álbumes Los Coronas (1995),
Gen-U- Ine Sounds (1996), The Vivid Sounds of... (2003), Caliente caliente
(2004), Surfin´ Tenochtitlan (2006), Have a cocktail with... Los Coronas &
The Hi-Risers (2009) o El baile final de los locos y los cuerdos (2009). Con
Arizona Baby, Los Coronas publicaron el EP Dos bandas y un destino (2009) y el
triple vinilo y DVD en directo El concierto (2010), y bajo el nombre de
Corizonas, ambos grupos lanzaron The News Today (2011) y Nueva
Dimensió! ;n Vital (2016).
Cuatro años después de Adiós Sancho, su último trabajo hasta
la fecha, el regreso de Los Coronas es todo un acontecimiento. Será tarea de
sus seguidores interpretar si esas arriesgadas Señales de humo quieren decir
adiós o solo hasta la próxima.