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martes, febrero 24, 2009

EN BUSCA DEL SOL SEGUNDO PROGRAMA






EN BUSCA DEL SOL

LA CULTURA CELTA. SEGUNDO PROGRAMA



Regresamos por segundo mes a las ondas recuperando la magia y el misticismo de un pueblo que durante años dominó territorialmente gran parte de Europa. Una raza que influyó e influye todavía en la cultura de muchos países, una influencia que no se limita como algunos puedan pensar simplemente a la música, sino que en otros muchos aspectos ha marcado su carácter y su forma de vida.
Hoy, por ejemplo nos vamos a dedicar a repasar lo que ese pueblo conocido como los celtas significo y significa para uno de esos países, un país que en muchas ocasiones es el abanderado de la cultura celta en la actualidad, no en vano podemos olvidar, como deciamos el mes pasado, que uno de los primeros lugares elegidos por los celtas en su migración desde el sur de Europa y norte de África fue Irlanda, porque de este bello y verde país vamos a hablar, por si aún no lo habiais adivinado.
Así que sentaos cómodamente y dejaos llevar por vuestra imaginación en este apasionante viaje a través de los siglos para conocer lo que la mitología celta influyó en Irlanda.



Como ya comentábamos el mes pasado, en todo lo relacionado con la cultura celta, el principal problema es el secretismo o misterio en que se ve envuelta. Un secretismo que proviene de la línea de conducta que adoptaban los primeros druidas, los cuales no confiaban nunca sus verdades más sagradas a la escritura, de modo que, a diferencia de
otras razas y culturas antiguas, cuyos mitos sobre la creación han sido bien documentados y analizados, mucho de lo que se cree que abarcan las creencias celtas es meramente conjetural, a no ser que se puedan juntar algunos fragmentos de información útil de las leyendas de estas tierras en las que su influencia fue más fuerte.
Algo así ocurre en Irlanda, muchas de las cosas que se conocen de la mitología celta y su influencia en dicho país se basa en esas leyendas, esas historias no escritas de las cuales los estudiosos han extraído todo ese conocimiento, y analizando los antiguos documentos irlandeses se ha podido descubrir, de forma resumida, que la literatura mítica y legendaria irlandesa, en su forma más antigua, se divide en cuatro partes principales: - El Ciclo Mitológico o Ciclo de las Invasiones
- El Ciclo Ultoniano o Conoriano
- El Ciclo Osiánico o Feniano
- Una colección de cuentos varios y leyendas que podrían referirse a cualquier época histórica o sistema de creencia religiosa
Nosotros nos vamos a ocupar únicamente del Ciclo Mitológico, también llamado Ciclo de las Invasiones, debido a las numerosas ocupaciones que se fueron produciendo y que marcaron el esquema general de Irlanda. Este ciclo se compone de las siguientes secciones (o invasiones):
- La llegada de Partolano a Irlanda
- La llegada de Nemed
- La llegada de los firbolgs
- La llegada de los Tuatha de Danaanes o Pueblo de Dana
- La invasión de los milesios
Dentro de esta clasificación conviene analizar primeramente que los milesios o hijos de Miled representan la línea celta más humana, de la que al parecer han descendido las familias reinantes de Irlanda, por otro lado que los danaanes están considerados como dioses o seres sobrenaturales, y por último, que todos los que llegaron antes ( Partolano, Nemed y los firbolgs) no tienen la suficiente importancia en Irlanda como para ofrecer algo más que una simple identidad fantasmal.
Una vez aclaradas estas cuestiones fundamentales, comencemos a relatar como se fueron produciendo cada una de estas llegadas o invasiones de estos grupos mitológicos que forman parte de la historia de Irlanda.
Irlanda, en su origen, estaba poblada por una raza extraña y repulsiva conocida como los formorianos. Se trataban de individuos enormes, monstruosos, crueles y violentos, considerados como personificaciones de los poderes del diablo. Para que nos hagamos una idea, su jefe se llamaba Cenchos, que quiere decir “el que no tiene pies”. Además,las leyendas nos cuentan que físicamente Irlanda era un país diferente de lo que es ahora, ya que sólo tenía tres lagos, nueve ríos y una llanura.
Pues bien los partolanos decían venir de la “Tierra de la Muerte Feliz”, en el oeste, donde se creía que estaba situada la tierra de los duendes. La reina de los partolanos se llamaba Dealgnaid ( se pronuncia Dalny) y junto a Partolano iban acompañados de un numeroso grupo de ambos sexos.
Partolano luchó contra los formorianos por el gobierno de Irlanda, y con el tiempo consiguió echarlos hacia los mares del norte. Posteriormente los partolanos fueron exterminados por una peste, que posiblemente fue provocada por el desencadenamiento de cierta bacteria durante un terremoto.
Todas estas leyendas recogidas en manuscritos que configuran la historia de Irlanda son la base de todo este Ciclo Mitológico, y de esos manuscritos el más importante quizás sea La Leyenda de Tuan macCarell, la cual cuenta, en gran medida, como se fueron produciendo estas invasiones.



La Leyenda de Tuan macCarell
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San Fines, un abad irlandés del siglo VI, pidió hospedaje a un oficial de nombre Tuan macCarell que vivía cerca del monasterio del santo, en Moville, en el condado de Donegal. El rudo guerrero abrió la puerta y asistió al abad, estableciéndose entre ambos
buenas relaciones.
Tiempo más tarde Tuan devolvió la visita al santo y los monjes al recibirle preguntaron por su nombre y su linaje. Soy un hombre del Ulster, mi nombre es Tuan, hijo de Carell, pero antaño me llamaban Tuan, hijo de Starn, y mi padre era el hermano de Partolano.Cuéntanos pues la historia de Irlanda dijo San Fines. Y así comenzó el relato.

Después de la gran peste (la que mencionábamos antes), sólo yo, Tuan, sobreviví, y durante veinte años estuve vagando por el territorio estéril, de una fortaleza desierta a otra, hasta que con el tiempo me hice viejo.
Entonces Nemed, hijo de Agnoman, tomó posesión de Irlanda. Era el hermano de mi
padre. Le ví desde las rocas y procuré evitarle. Era perverso y miserable, llevaba el pelo largo, las uñas largas, estaba decrépito, gris y desnudo. Entonces una noche me quedé dormido y cuando desperté a la mañana siguiente me había convertido en un ciervo de corazón contento. Entonces celebré la llegada de Nemed y su raza, y mi propia transformación. Me había vuelto distinto, había cambiado mi piel arrugada y gris. Me convertí en el rey de todos los ciervos de Irlanda, y así permanecí durante toda la dominación de los nemedios.
Nemed y su pueblo habían navegado hacia Irlanda con una flota de treinta y dos barcos, cada uno de los cuales contenía treinta personas ( 960 personas en total). Pero el mal tiempo les desvió de su ruta y se perdieron en aguas extrañas durante un año y medio, durante el cual la mayoría de ellos perecieron de hambre, sed o falta de abrigo. Tan solo nueve consiguieron escapar, el propio Nemed, cuatro hombres y cuatro mujeres. Estos por fin llegaron a Irlanda y con el tiempo su número creció hasta 8.060 hombres y mujeres. Entonces ellos también murieron misteriosamente.
Una vez más volví a envejecer, pero una nueva transformación me aguardaba. Una vez estaba yo en la puerta de mi guarida y me di cuenta de que mi cuerpo se estaba transformando, era un jabalí, lo cual me regocijó otra vez por mi nueva juventud.
Llegó Semión, hijo de Stariat, y se instaló en Irlanda; de él descendieron los firbolgs y otras dos tribus más que permanecieron durante mucho tiempo. De nuevo volví a envejecer, siendo transformado en esta ocasión en un águila de mar, recuperando así juventud y fuerza.
Así conocí la llegada de Tuatha de Danaanes, del que han salido todos los hombres de letras de Irlanda, y a éstos les siguieron los milesios o hijos de Miled (que los eruditos identifican con los celtas goidélicos o gaélicos, es decir los actuales irlandeses).
Durante este último periodo permanecí convertido en águila de mar hasta que un día sufrí otra transformación. Ayuné durante nueve días, después el sueño cayó sobre mi y me transformé en salmón, celebrando de nuevo mi estado. Escapé de las redes de los pescadores, hasta que un día fui atrapado y llevado a casa de Carell, amo del país. Su mujer me comió y pase a su vientre. De esa forma yo, Tuan, hijo de Carell, volví a nacer en forma humana.

Y así termina el cuento de Tuan. Un cuento en el que además de contarnos, como preguntaba al principio el abad San Fines, la historia de Irlanda, nos habla de muchas transformaciones (ciervo, jabalí, águila de mar y salmón), algo que en el campo de la magia es totalmente normal. Pero con esto podemos deducir que la cultura celta creía en la reencarnación de las almas y que evidentemente no se limitaba a la especie humana.



Como decíamos la Leyenda de Tuan macCarell nos cuenta la historia de Irlanda y nos envuelve en todas esas mágicas transformaciones, pero desde un punto de vista menos poético debemos hacer un pequeño análisis.
Según Tuan, los nemedios y los partolanos eran de la misma raza, solo que Nemed y su gente emigraron después, quizás por los mismos motivos que Partolano, los estragos de ese fuerte terremoto al que aludíamos antes.
Con respecto a los firbolgs resulta algo más fácil identificarlos. Su nombre significa algo así como “hombres del saco”, y aunque algunos consideran que procedían de España, la opinión más generalizada apunta que fueron los primeros celtas goidélicos, procedentes del sur de Europa (no sólo España) que se extraviaron en el norte y se refugiaron en los mares para huir de las tribus enemigas que encontraron allí, y de esa forma desembarcaron en Irlanda.
No obstante, el pueblo más interesante de todos los que llegaron fue el de Tuatha de Danaanes o “pueblo del dios cuya madre es Dana”. Su figura más popular fue Brígida, la hija del jefe supremo del pueblo de Dana, Dagda el Bueno. Esta divinidad fue tan querida por el pueblo irlandés que posteriormente fue incorporada a la iglesia cristiana como Santa Brígida.
Según Tuan, los danaanes eran dioses, sin embargo en otras leyendas posteriores se habla de ellos como figuras humanas con poderes sobrenaturales o maravillosos como las cualidades de la Luz, la Sabiduría y el Conocimiento. Además en esas leyendas se habla de sus lugares de origen, cuatro grandes ciudades cuyos mismos nombres sugieren misterio y romance:

FALIAS GORIAS FINIAS MURIAS
En estos lugares fueron educados en la ciencia y la artesanía por los grandes sabios que dominaban esos campos, y de cada ciudad se trajeron un tesoro mágico.
De Falias trajeron la Piedra del Destino, con la que fueron coronados los grandes reyes de Irlanda. De Gorias vino la Espada Invencible de Lugh del Brazo Largo, de Finias vino la Lanza Mágica y de Murias el Caldero de Dagda, una especie de cuerno de la abundancia que podía dar de comer a un ejercito y seguir estando lleno hasta arriba.
Cuatro tesoros que lógicamente les concedían un poder inimaginable.
Con respecto a la Piedra del Destino hay una historia curiosa y sumamente interesante. Según la leyenda si el que era coronado como rey era el monarca legítimo, la piedra emitía el sonido de un rugido. La piedra, que existió realmente, fue enviada a Escocia a principios del siglo VI para la coronación de Fergus el Grande. Según la profecía donde quiera que estuviese la piedra, reinaría un rey de la raza irlandesa-milesia.
Al parecer en la actualidad es la famosa Piedra de Scone, que nunca fue devuelta a Irlanda, sino que fue trasladada a Inglaterra por Eduardo I en 1.927 y ahora es la Piedra de la Coronación de la Abadía de Westminster, con lo cual la profecía parece cumplirse, ya que la familia real británica desciende de los antiguos reyes de los milesios o celtas.
Curiosa historia o leyenda, según se mire.
Y por último están los milesios, un pueblo que es la primera raza plenamente humana de conquistadores que las leyendas irlandesas hayan concebido, y sin embargo sus ancestros pueden remontarse también a los orígenes divinos de los celtas.
Los milesios eran los hijos de Miled, cuyo nombre aparece como un dios en una leyenda celta de Hungría. Miled era el hijo de Bilé, que fue uno de los nombres del Dios del Mundo Subterráneo.
De ellos se afirma, además, que entraron en España y dominaron gran parte de ella.
Como veis una breve pero intensa valoración de la tradición mitológica en Irlanda. Los celtas, con su cultura mágica inculcaron una forma de ser que se emana por todos los rincones de este bello país. Una magia que nos hace volar en el tiempo, y que espero os haga soñar hasta el mes que viene.


http://malascompanias.multiply.com/music/item/72/EN_BUSCA_DEL_SOL_2

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